
Felices Reyes Magos

Poemas y cuentos infantiles de Pilar Alcántara. (Imagen de portada: Cora Ibáñez)
Sí, has acertado.
Es mamá Noela
¡lo has adivinado!
La hermana de Noel
se llama Noela
y entre nubes y estrellas
vuela que vuela.
Usa una escoba, sí,
una buena escoba.
Pero una una cualquiera
que es de caoba.
¡Y no es de fantasía!
que es de diseño
y alta tecnología.
Noela no quiere
cansar a los renos.
Cuidar a los animales
es lo primero.
Viaja sin parar
durante todo el año
y a todas las casas
lleva sus regalos.
¿Esos bellos cuentos
que no te esperabas?
Son los que ella trae
en las madrugadas.
Noela es experta
en letras y poemas
en cuentos y novelas.
Y cargada de libros
vuela que vuela.
En la noche de la Nochebuena
una dulce luz se extiende
blanca por toda la tierra:
Desde las altas montañas
hasta las tierras más llanas,
desde los bosques marinos
a los desiertos de arena,
salen de grutas y cuevas
hados, hadas y sirenas
para celebrar unidos
que llega la Nochebuena.
Puedes verlos en el campo
entre pájaros y flores,
en los parques, en las casas,
revolviendo en los cajones.
Están en las panderetas,
entre dulces y bombones,
brillan con las campanitas
y las bolas de colores.
Dejan rastros luminosos
que llegan al corazón.
Dicen que esto tiene un nombre
y que se llama: ilusión.
Las estrellas navideñas
quieren vestir de colores
y han hecho brillar sus luces
con el color de las flores.
En la estrellita encarnada
sonríe Caperucita,
en otra estrella morada
la acompaña su abuelita.
Siete lucerillos blancos
brillan juntos al compás
son los siete cabritillos
abrazando a su mamá.
En una estrella dorada
brillan Pinocho y su hada.
Y en a punta de un lucero
con reflejos de coral
tumbada la sirenita
hace pompas de cristal.
Cada cuento tiene luz
y nos hace suspirar…
¡Vamos a contar un cuento!
¡Estamos en Navidad!
Pilar Alcántara
Comienzo este curso de baja con mucho pesar. Porque es una baja iniciada tras una serie de lesiones físicas originadas por el estrés. La escuela es bella, es bonita, pero también es dura, y tiene un trasfondo y unos pasillos interiores que, a veces, son difíciles de transitar. A eso se unen los pequeños problemas personales que tiene toda la gente en la vida. La combinación de muchas piezas conectadas, a veces, da como resultado un choque imposbile de evitar. El cuerpo es sabio y el mío ha dicho basta. Cuando somos muy jóvenes todo nos parece posible, ahora, hay cosas pequeñas que me parecen imposibles, como realizar ciertos esfuerzos físicos o someterme a ciertas tensiones emocionales.
Voy poco a poco arreglando los desaguisados de un año duro que pasó como una feroz ventolera: la muerte de mi madre en el mes de octubre, la enfermedad grave de un miembro de mi familia; la covid 19 y su confinamiento; la falta de entendimiento con algunas personas de mi entorno; mi personalidad protestona y poco sumisa; la ilusión por cambiar el mundo como un rastro adolescente que me acompaña; la incapacidad de soportar ciertas hipocresías. La necesidad de adaptación a las nuevas circunstancias motivadas por tantos cambios. Tras un verano complicado de lesiones físicas que iban dando la lata poco a poco, vino, por último, el fallecimiento del jovencísimo hijo de una amiga, como detonante de una explosión que ha dinamitado mi salud. Aquí ando, recomponiéndome física y emocionalmente de tanto asunto, sin perder de vista a mi querida escuela, sin dejar de informarme, y sin dejar de ser yo misma. Al acecho estoy. Recuperándome, pero sin bajar la guardia. Yo nunca abandono la lucha. Soy peona escolar, maestra de Infantil. Con esto, todo queda dicho.
A partir del mes de agosto
la mañana enfría el rostro.
( Dicho de mi abuela)
La falta de empatía que parecemos mostrar
invita a la reflexión a toda la sociedad .